miércoles, 30 de enero de 2019

Dudas de aula. ¿El o la con los sustantivos femeninos que empiezan por a/ha tónicas?

El sustantivo agua es de género femenino, pero tiene la particularidad de comenzar por /a/ tónica (la vocal tónica de una palabra es aquella en la que recae el acento de intensidad: [água]). Por razones de fonética histórica, este tipo de palabras seleccionan en singular la forma el del artículo, en lugar de la forma femenina normal la. 

Esta regla solo opera cuando el artículo antecede inmediatamente al sustantivo, de ahí que digamos el agua, el área, el hacha; pero si entre el artículo y el sustantivo se interpone otra palabra, la regla queda sin efecto, de ahí que digamos:
la misma agua, la extensa área, la afilada hacha.


Puesto que estas palabras son femeninas, los adjetivos deben concordar siempre en femenino:
el agua clara, el área extensa, el hacha afilada (y no el agua claro,
el área extenso, el hacha afilado).

Por su parte, el indefinido una toma generalmente la forma un cuando antecede inmediatamente a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica:
un área, un hacha, un águila (si bien no es incorrecto, aunque sí poco frecuente, utilizar la forma plena una: una área, una hacha, una águila).

Asimismo, los indefinidos alguna y ninguna pueden adoptar en estos casos las formas apocopadas (algún alma, ningún alma) o mantener las formas plenas (alguna alma, ninguna alma).
Al tratarse de sustantivos femeninos, con los demostrativos este, ese, aquel o con cualquier otro adjetivo determinativo, como todo, mucho, poco, otro, etc., deben usarse las formas femeninas correspondientes: esta hacha, aquella misma arma, toda el agua, mucha hambre, etc. (y no este hacha, aquel mismo arma, todo el agua, mucho hambre, etc.)

En resumen: usamos el/un con palabras femeninas que empiezan por a/ha tónicas. Con el resto de determinativos, usamos el que le corresponda por género y número. 

jueves, 24 de enero de 2019

miércoles, 23 de enero de 2019

Formación del sustantivo en cuanto al género.

TIPO DE SUSTANTIVO EN CUANTO AL GÉNERO
definiciones
ejemplos
Sustantivos comunes
Son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. El género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos.
el/la pianista;
ese/esa psiquiatra;
un buen/una buena profesional.
Sustantivos epicenos.
Son los que, designando seres animados, tienen una forma única, a la que corresponde un solo género gramatical, para referirse, indistintamente, a individuos de uno u otro sexo
epicenos masculinos (personaje, vástago, tiburón, lince)  epicenos femeninos (persona, víctima, hormiga, perdiz).

*Debe decirse La víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital más cercano
Sustantivos ambiguos en cuanto al género.
Son los que, designando normalmente seres inanimados, admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado
el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka, azúcar blanca/azúcar moreno. Normalmente la elección de uno u otro género va asociada a diferencias de registro o de nivel de lengua, o tiene que ver con preferencias dialectales, sectoriales o personales.
Sustantivos heterónimos
Usan la variación léxica como modo de distinguir los géneros
Vaca/toro, madre/padre, yerno/nuera
Sustantivos homónimos
El género no indica la relación entre los significados, sino que señala una oposición semántica relativa al tamaño o la forma, la metonimia o una relación árbol-fruto.
El barco/la barca
El trompeta/la trompeta
El manzano/la manzana


El sustantivo: formación del femenino.

¿Cómo formar el femenino mediante las distintas desinencias?

Observa el cuadro

Acaba en –o, femenino en -a
Niño/niña, bombero/bombera, médico/médica, ministro/ministra, ginecólogo/ginecóloga
Algunos acabados en –o funcionan como sustantivos comunes.
En algún caso, el femenino de los acabados en -o presenta la terminación culta -isa (del lat. -issa), por provenir directamente del femenino latino formado con este sufijo; y excepcionalmente hay voces que tienen dos femeninos, uno en -a y otro con la terminación -esa (variante castellana de -isa)
El/la piloto



diácono/diaconisa
diablo, fem. diabla o diablesa
vampiro, fem. vampira o vampiresa.

Los que acaban en -a funcionan en su inmensa mayoría como comunes.
En algunos casos, por razones etimológicas, el femenino presenta la terminación culta -isa.
 En el caso de poeta, existen ambas posibilidades:
el/la atleta, el/la cineasta, el/la guía, el/la logopeda, el/la terapeuta, el/la pediatra

profetisa, papisa


la poeta/poetisa.
Los que acaban en -e tienden a funcionar como comunes.
Algunos tienen formas femeninas específicas a través de los sufijos -esa, -isa o –ina.
 En unos pocos casos se han generado femeninos en –a.
El/la conserje

alcalde/alcaldesa, conde/condesa, duque/duquesa, héroe/heroína, sacerdote/sacerdotisa (aunque sacerdote también se usa como común: la sacerdote). jefe/jefa, sastre/sastra, cacique/cacica.
terminados en -ante o -ente, procedentes en gran parte de participios de presente latinos, y que funcionan en su gran mayoría como comunes.
No obstante, en algunos casos se han generalizado en el uso femeninos en –a.
el/la agente, el/la conferenciante, el/la dibujante, el/la estudiante.



clienta, dependienta o presidenta
terminan en -i o en -u funcionan también como comunes:
el/la maniquí, el/la saltimbanqui, el/la gurú.
En cuanto a los terminados en -y, el femenino de rey es reina.
Los que toman modernamente esta terminación funcionan como comunes.
Rey/reina

el/la yóquey.
Los que acaban en -or forman el femenino añadiendo una –a.
En algunos casos, el femenino presenta la terminación culta -triz (del lat. -trix, -tricis), por provenir directamente de femeninos latinos formados con este sufijo.
compositor/compositora, escritor/escritora, profesor/profesora, gobernador/gobernadora

actor/actriz, emperador/emperatriz.
 Los que acaban en -ar o -er, así como los pocos que acaban en -ir o -ur, funcionan hoy normalmente como comunes, aunque en algunos casos existen también femeninos en -esa o en –a.

el/la auxiliar, el/la militar, el/la escolar (pero el juglar/la juglaresa), el/la líder (raro lideresa), el/la chofer o el/la chófer (raro choferesa), el/la ujier, el/la sumiller, el/la bachiller (raro hoy bachillera), el/la mercader (raro hoy mercadera), el/la faquir.
Los agudos acabados en -n y en -s forman normalmente el femenino añadiendo una –a.
Por su parte, las palabras llanas con esta terminación funcionan como comunes: el/la barman
guardián/guardiana, bailarín/bailarina, anfitrión/anfitriona, guardés/guardesa, marqués/marquesa, dios/ diosa
*barón/baronesa; *histrión/histrionisa
*el/la rehén

Los que acaban en -l o -z tienden a funcionar como comunes.

No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado con cierto éxito un femenino en –a.

el/la cónsul, el/la corresponsal, el/la timonel, el/la capataz, el/la juez, el/la portavoz

juez/jueza, aprendiz/aprendiza, concejal/concejala o bedel/bedela.
Los terminados en consonantes distintas de las señaladas en los párrafos anteriores funcionan como comunes.

el/la chef, el/la médium, el/la pívot
*abad / abadesa.
Es especial el caso de huésped, pues aunque hoy se prefiere su uso como común (el/la huésped), su femenino tradicional es huéspeda.
Independientemente de su terminación, funcionan como comunes:
 Los nombres que designan grados de la escala militar.
Los sustantivos que designan por el instrumento al músico que lo toca 
Los sustantivos compuestos que designan persona.

el/la cabo, el/la brigada, el/la teniente, el/la brigadier, el/la capitán, el/la coronel, el/la alférez


el/la batería, el/la corneta, el/la contrabajo

el/la mandamás, el/la sobrecargo, un/una cazatalentos, un/una sabelotodo, un/una correveidile.
Cuando el nombre de una profesión o cargo está formado por un sustantivo y un adjetivo, ambos elementos deben ir en masculino o femenino dependiendo del sexo del referente.
la primera ministra, una intérprete jurada, una detective privada